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Auction 728, Lot # 318

LC - Torres, Miguel de.
Dechado de Príncipes Ecclesiasticos.
Puebla de los Ángeles: Imprenta de la Viuda de Miguel de Ortega y Bonilla, [1716].
8o. marquilla, 16 h. + 431 p.
Que dibujó con su exemplar, virtuosa, y ajustada Vida el illust. y Exc. Señor Doctor D. Manuel Fernández de S. Cruz, y Sahagún. Collegial, que fué, en el Mayor de Cuenca, Canónigo Magistral en la Iglesia de Segovia, Obispo electo de la de Chiapa, Consagrado en la de Guadalaxara, para su govierno, promovido a la Angélica de la Puebla, nombrado Arzobispo de la Metropolitana de México, y Virrey de esta Nueva España, honor que renunció en vida.
Con marca de fuego en canto inferior.
Por error de imprenta, página 205 numerada incorrectamente como 295; página 322 numerada incorrectamente como 422.
Con cuatro grabados.
Severas manchas de humedad, p. 45 rasgada al margen, p. 93 rasgada al centro, afecta texto. Lomo desprendido, , pastas gastadas.
Encuadernado en pergamino.
Manuel Fernández de Santa Cruz y Sahagún (1637-1699), natural de Puebla de los Ángeles, sirvió como obispo en Guatemala, Chiapas, Guadalajara y Puebla de los Ángeles. Un influyente obispo del nuevo mundo en muchas áreas, jugó un papel decisivo en la difusión de la civilización española y la Iglesia católica romana hacia el norte en las tierras fronterizas. Estas "colonias" eran más en la línea de las guarniciones militares, establecidas para que el área fuera segura para el español para desarrollar minas y minería. Fue el obispo Fernández el responsable de iniciar el asentamiento permanente de los colonos y sus familias en la zona actual de Saltillo, Coahuila en la década de 1670 (que se examinan en los capítulos 17 y 18 del presente libro). Obtuvo el permiso del virrey para eliminar familias tlaxcaltecas del Pueblo de San Esteban de Saltillo y reubicarlos en Coahuila. Los tlaxcaltecas, aliados de los españoles desde la conquista de Tenochtitlan, se utilizaron tradicionalmente como colonos precursores y como ejemplos de una forma agrícola y sedentaria de vida de los indígenas nómadas.
En diciembre de 1675, el obispo Fernández emprendió su expedición de colonización con diez soldados de los presidios y catorce familias tlaxcaltecas. En el norte, un miembro de la familia de Aguayo se unió al grupo. (Un miembro de esta familia más tarde titulado establecería el primer asentamiento permanente en Texas, el Marqués de San Miguel, José de Azlor y Virto de Vera, (d. 1734).
El obispo fundó el pueblo de San Francisco de Tlaxcala, al oeste de Guadalupe para las familias tlaxcaltecas y reunió a más familias nativas, estableciéndolos en San Miguel de Luna, que el obispo renombró como "San Francisco de Coahuila", designando a Fernando del Bosque como capitán. Sufrió muchos inconvenientes, entre ellos, el hecho de que gran parte de los nativos dejaban el presidio para unirse con las tribus nómadas, los cuales atacaban esos mismos asentamientos en los que habían vivido. Sin embargo la perseverancia de Del Bosque rindió frutos al poder establecer exitosamente los primeros asentamientos permanentes en la frontera de Coahuila (Vito Alessio Robles, Coahuila y Texas en la época colonial, México: Editorial Porrúa, 1978).
Este trabajo incluye una discusión sobre el apoyo activo del obispo Fernández para la educación de las mujeres y la creación de más instituciones para las mujeres que deseaban tomar el velo. El Obispo Fernández participó en los círculos intelectuales en México y es famoso por haber sostenido polémicas discusiones con la primera feminista de América, Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695). Sor Juana nombró al obispo como uno de sus confesores, y lo consideraba su amigo de mucho tiempo.
En 1690 ella discutió con él su crítica de un famoso sermón dado cuarenta años antes por el eminente jesuita portugués Antonio de Vieira. El obispo estaba impresionado con su argumento y le pidió poner sus pensamientos por escrito. Luego, sin el conocimiento de Sor Juana, publicó su trabajo- la primera impresión de un escrito de Sor Juana. Sin embargo a partir de allí la relación se deterioró, al punto de que Sor Juana llegó a afirmar que el obispo no era el amigo que pensó que era.
De acuerdo con la difundida hipótesis de Octavio Paz, al mismo tiempo que la admiraba, la habría utilizado como peón en un juego ajedrecístico de poder contra el arzobispo de México, Francisco de Aguiar y Seijas. Resultado de esta relación habrían sido las cartas entre el obispo de Puebla y la monja, que se intercambiaron entre 1690 y 1691, el primero bajo el seudónimo de Sor Filotea. Esta hipótesis se ve desmentida tanto por el análisis interno de la Carta de Sor Filotea como por los testimonios de los contemporáneos de Sor Juana, que asientan la auténtica y desinteresada admiración que Fernández de Santa Cruz le profesaba a la monja. Como ha demostrado Alejandro Soriano Vallés, fue él mismo quien instó a Sor Juana a redactar su Respuesta a Sor Filotea de la Cruz
En 1680 fue promovido para el arzobispado de México pero en una carta anunciaba que "por amor a sus ovejas" no aceptaba el cargo. En 1696, se le ofreció el alto cargo de virrey pero de nueva cuenta declina aduciendo la misma razón. Falleció el 1 de febrero de 1699 en el pueblo de Tepeojuma, entre Atlixco e Izúcar, donde practicaba una visita pastoral.

Muy raro ejemplar. Sólo 3 instituciones a nivel mundial cuentan con una copia (Worldcat, 2014).
$45,000.00

Estimado $50,000-55,000


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